Del título y la naturaleza de este blog

Asuntos circunstanciales es un título prestado del primer poemario (1984) de Rocío Silva Santisteban, poeta peruana de cuya obra soy estudiosa. Rocío ha sido además mi profesora, mi colega, mi jefa, mi aliada y es mi amiga. 

La elección del título responde al simple hecho de que este blog pretende atender diferentes y cambiantes circunstancias de mi vida. Como saben, no es el primer blog que hago. El primero, Crónicas defectuosas, transcurrió principalmente en la Ciudad de México. El segundo, Cuadernos de azufre y miel, tiene lugar en Nueva York. Después de ciertos años a cuestas, una entiende que todas las situaciones son apenas circunstanciales y que, tarde o temprano, el cambio paulatino o inesperado llega. Por eso, al presente, mi circunstancia es ser una peruana viviendo al norte de los Estados Unidos y de esa realidad se derivarán la mayoría de las ideas que compartiré con ustedes. 

Aunque los pasados blogs de México y Nueva York ya no están activos, hay otro que sí está activo: Eat Green, Be Happy. Se trata de un blog en el que comento sobre restaurantes que tienen una aproximación sostenible y consciente de la situación ambiental de nuestro planeta. Espero seguir alimentándolo a la par de este. 

Volviendo a Asuntos circunstanciales, tal vez hayan visto un blog con este mismo nombre que tuve en otra plataforma, pero no me era tan amigable y me di cuenta que eso me desanimaba de publicar. Por eso, he vuelto a este formato que ya conozco y que me cae bien. La otra razón de que abra este blog en este preciso momento se debe a que una puerta de diálogo y encuentro se ha cerrado precisamente ahora. Hoy he difundido el último artículo de la revista Con la A 85: el adiós. La plataforma de mujeres y para mujeres en la que he participado por once años. ¡Ay, qué rápido se pasa el tiempo!

Al iniciar este blog, la ciudad donde vivo está vestida de un manto blanco de nieve, aunque estamos a finales de marzo y según el calendario la primavera debería ya estar aquí. Se ve que sigue escondida. Me comprometo a publicar un texto cada mes o de manera más frecuente, según lo dicten las circunstancias. ¡Hasta entonces!