Asuntos circunstanciales

Desde hace unos años acá, es común en los Estados Unidos que los eventos públicos inicien con un reconocimiento del territorio ( land acknowledgment ), señalando que perteneció a culturas o naciones indígenas. Se trata de un gesto importante, como primer paso, para una transformación mayor. Sin embargo, el reconocimiento del territorio es un inicio pero no puede ser el fin.  En los eventos deportivos, por el contrario, se canta el himno nacional, se dedica el juego a un veterano de guerra y se agradece su servicio (y por extensión el de todas las fuerzas de seguridad). Nunca he visto que en ningún evento deportivo de ningún deporte de los que suelo seguir (hockey, béisbol, fútbol americano, fútbol, entre otros), se haga el reconocimiento del territorio. Se trata de dos aproximaciones contradictorias o mejor dicho, en pugna.  Me sorprendió gratamente que por el mes de las culturas indígenas, se despliegue una banderola reconociendo el territorio indígena, en un partido de fútbol (en la

Una mente y un cuerpo flexibles. Es el reto de treinta días que estoy siguiendo, lo mejor que puedo, este mes. Se trata de una instructora de yoga llamada Kasaandra que hace estos retos para animar a más personas a hacer yoga y también a expandir su rutina mental y emocional.  El reto empezó el primero de abril. Cada día hay una sesión corta de yoga y luego un reto, ambos asociados a una palabra clave. Hasta ahora hemos hecho: elegir, sueño, silencio, recuerdo, base ( ground ), crecimiento, confianza, creencias.  Algunos de los retos los tengo pendientes pero otros ya los hice, como escribirme una carta para diez años en el futuro y escribir tres minutos de un flujo de conciencia sobre alguna creencia que me limita y que estoy segura es el momento de dejar ir. Evidentemente, los ejercicios que consisten en escribir son lo que están más a mi alcance. Los que requieren otros dotes artísticos como pintar me toman más tiempo y me intimidan más. Siento que tengo que hacer una gran obra de

Iniciamos el mes de abril en medio de un cúmulo de eventos climáticos y políticos, unos más preocupantes que los otros. En Saint Paul nos nieva en abril, en la costa peruana el ciclón Yaku hace sus estragos de inundaciones y destrucción. Pero es mejor ver las cosas por el lado amable y tal vez añadir un nuevo récord Guinness para el Perú. Según la Enciclopedia Libre, el Perú cuenta con cuatro récords Guinness, todos ellos relativos a platos culinarios. El primero, la ensalada de aceitunas más grande del mundo (250 kilos). El segundo, el rocoto relleno más grande del mundo (2560 rocotos), dicho sea de paso, realmente me sorprende que fueran necesarios tantos para romper un récord pues no me imagino a la nadie haciendo dos mil rocotos rellenos por pura diversión. El tercero, la papa rellena más grande del mundo (846.9 kilos). El cuarto, y último, la huatiada más grande del mundo (1716 kilos). Por si no lo saben, huatia es un guiso de carne que se prepara bajo tierra, como la pachamanca.