Woody Allen murió hace treinta años

Yo fui como tú, una de esas seguidoras de las películas de Woody Allen que miró hacia otro lado cuando escuchó lejanamente que había abusado de una de sus hijas y se había casado con otra. Lo lamento mucho.

Acabo de ver el documental Farrow vs Allen (2021), un documental que todo aquel que alguna vez disfrutó y celebró las películas de Woody Allen debe ver para entender cuan interiorizado está el patriarcado y la violencia hacia la mujer en la sociedad, en cada unos de nosotros y nosotras. 


Woody Allen actuó con alevosía y premeditación, mintió, abusó, usó su poder para influenciar personas con autoridad que pudieran apoyarlo y encima tuvo el descaro de acusar a Mia Farrow de ser una mala madre, de inventar un abuso que nunca existió, de tomar revancha contra él. Argumentos nada nuevos, muy comunes entre las formas en que los hombres pretenden desacreditar a las mujeres que levantan la voz y denuncian. 


Es lamentable cómo el sistema perpetúa la violencia hacia la mujer, la violencia sexual hacia la mujer, en cada vez edades más tempranas. Es lamentable como todos, todas y todes somos parte de ese sistema y dudamos siempre que hay una acusación sobre un hombre que respetamos,  admiramos, queremos y creemos conocer. Es más fácil mirar para otro lado y es mucho más difícil afrontar cara a cara la situación. ¿Qué situación? La de un sistema, el sistema que nos gobierna, el sistema de la colonialidad del poder que se expresa claramente en la sexualización, violación y anulación de las mujeres. En este caso concreto, la realidad de que las películas de Woody Allen son misóginas, romantizan la pedofilia e involucran a los espectadores en ella al punto de aceptarla, admitirla, asumirla como algo normal. Mea culpa. Yo, hasta ahora, no lo habían reconocido y ahora me siento avergonzada, furiosa, enojada, pero dispuesta a decirlo y a denunciarlo, si acaso eso puede ayudar en algo.


Sé que cuando lees estas líneas dudas, niegas. No hay necesidad. Entérate por ti misma(o) y ve el documental. Luego tal vez pienses diferente. 


Woody Allen debió morir artísticamente hace treinta años, pero hoy reconozco su muerte. No existe más para mí. No, el arte no está más allá de la vida, sino no hubiera marginado y silenciado a tantas mujeres "licenciosas", "histéricas", "rebeldes", "fáciles". El arte de las mujeres siempre ha sido juzgado bajo una moral masculina pero cuando queremos imponer valores sociales que atentan contra el arte de los hombres entonces el problema es nuestro y no del arte. Pues piensa, ¿de verdad quieres una sociedad que respalde la pedofilia? Entonces deben rechazar su representación.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Recordando a Alicia

Del título y la naturaleza de este blog

¡Qué hiciste Barbie!